5 de abril de 2018

LOS AROMAS DEL MONTE

                                       Para Antonio


Tantos días vividos y tanta madrugada,
manos encallecidas que conocen
la luz del mar, bancal y sementera,
por tus brazos caídos como árboles cortados
cual vino derramado huyó la vida.
Tu cuerpo endurecido,
que siempre amó los campos, se contrae
en ese lecho estéril
donde el invierno es todo.
Quien no espera es la angustia que me cubre
igual que a ti la tierra.

Bajo este sol poniente, todavía,
los aromas del monte que cuidaste.


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