14 de febrero de 2018

SIENTO TU RESPIRAR HONDO EN MI ESPALDA

Siento tu respirar hondo en mi espalda,
como a otra estancia llamas suavemente.
Pulsaciones ventrales de tu ritmo
estremecen mi piel bajo tu aliento.

La copa del descuido no manchó
la villa de las sábanas dormidas.
Son demasiados años los que aguardan,
los que sueñan en tu respiración.

El vuelo de los mirlos dejó huella
en la almohada blanca de un febrero
que sostiene el oxígeno del aire.

El viejo mundo aún está despierto
para vivir la luna entre los pliegues
que forjaron los ciclos de la noche.


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