He
de hacer nueva senda cada día.
También
se ahoga el río en su rutina
de
pensar que es distinto siendo el mismo.
Defiende
su camino toda vida
a la
que espera el mar inexorable.
Nada
importan las hojas del pasaje
si
los árboles baten el silencio,
los
pájaros no existen ni la orilla
y
las sombras resguardan a la nada,
la
nada que revela toda senda.
Temo
pensar que vivo y muero en Carmen
incrementando
el ciego vacío del arroyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario