22 de agosto de 2017

CRECER

Se puede crecer juntos
si somos aire limpio en pasos fatigados
o lluvia que fecunda fantasías,
si despejas la niebla cuando llegan la tarde
y los espacios miopes,
si dejas esquiar al otro en su ventisca,

si tu templo visita el corazón amigo
y en cada rezo huelen las palabras
como frutas maduras,
si los sueños vigilas en todos sus detalles
y con ellos mejoras
los senderos cerrados,
los mediocres afanes del futuro.
Porque el amor es físico,
crecer es movimiento,
generación de sed imprevisible.
Se puede crecer juntos como un puente incendiado
si empujas el tramposo vacío y todo alcanza
nuevo calor e intenso colorido,
aunque no exista euforia ni verdad
pero sí la pasión,
si el desafío aceptas de vivir
sin pensarte acabado
o darte por vencido.

No es cambiar de tamaño,
crecer es atreverse a construir ciudades.


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