Una
fotografía
me
ha diluido
en
el abatimiento.
La
foto de unos niños
—locura
humana—
pistola
y metralleta
al
hombro
y
una densa columna de humo negro.
En
soledad y amor
nacen
y crecen
las
vidas y los días,
carnes
heridas
por
el tiempo...
y la muerte.
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