Detrás de los papeles
se deslizan calladas y precisas
las luces y las sombras de mi vida
en este atardecer.
Aprendí a convivir con ideales
que dejaron en mí paseos por la playa
horas de reflexión y de silencio,
humanas madrugadas en contacto
directo con el mito y el vacío.
Una verdad lejana, un insólito mundo.
Me ejercité en abrir una ventana
a la idea, al sentido y la palabra,
tal vez a una locura en la ciudad
donde tanto se muere. Se muere y se publica.
Me voy haciendo viejo,
como un tesoro guardo la dignidad que queda
detrás de los papeles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario