23 de diciembre de 2016

ALGUNA VEZ LOS DÍAS

Alguna vez los días
no llaman a la puerta.
Simplemente nos llegan
empujan y penetran.
Devoran la resaca
del cuerpo ya gastado.

Sacuden los adentros
de la piel y la carne
respira desengaño.
Quédate el vivir. Besa
la luz, besan las huellas
de amor desvencijado.


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