No pido aclaraciones,
las
palabras no son agua de lluvia
ni
tierra removible.
Se
puede ser feliz seguramente
si
el deseo se extingue,
si
la vejez me llega como grúa
que
me llena de polvo,
si
el monte dilapida su liviandad de pájaro,
si
vacía la noche su opacidad en mi sueño
y la
luna se viste de un silencio cobrizo.
Pasarán
las palabras y las aclaraciones,
quedaré
tan desnudo como siempre
sosteniendo
el otoño.