26 de octubre de 2016

LA OTRA MIRADA LA LLAMARÁS MUJER

Siempre fue lo que fue y siempre será.
         Meliso de Samos


El puente es un enigma para el agua
y el agua para el puente.
Sea un ojo de aguja o ilusión de una esfera
el puente permanece,
ella nunca es igual y siempre fluye.

Sobre la barandilla
descansa unos instantes el viajero
de servicios de hotel,
del edificio histórico,
del vendedor de calles,
de los escaparates de la plaza,
de la torre mudéjar
del joven tironero.
Mientras, el agua baja hacia la catedral
dejando su humedad
por los antiguos muros
de casas y palacios.

El puente sigue quieto, ve trabado
el cauce en su pupila
que aún oye los murmullos de la nieve,
la hierba en sus riberas,
la llamada del mar.

Y recoge impertérrito
las voces de la radio,
la cartera de plazos, dos libros y un billete.

Mientras, el agua corre hacia la catedral
por el oscuro túnel
bajo manta de asfalto
y el tránsito sin pausa de los coches.

Dos cabezas tenemos los mortales.
Hacia la catedral, de madrugada
voy viajero callado y meditando.
Todo es uno y lo mismo,
pero la otra mirada (dijo Dios)
la llamarás mujer.


2 comentarios:

  1. Precioso Blas! Llevo mucho tiempo sin escribirte pero sigo todas tus poesías. Hay algunas tan bonitas y tan llenas de sentimientos...Un beso muy fuerte y nos vemos en sus paseos matutinos. Olga

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    1. Una vez más, gracias, Olga. Mis poemas te echaban de menos. Ya tengo prácticamente terminado mi próximo libro que publicaré el 3 de febrero. Entonces te lo regalaré. Un beso. Blasius.

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