30 de julio de 2016

A LOS ÁLAMOS SECOS

El vacío no llena el descampado,
lo llenan mis deseos y la hierba
que acoge las metáforas del aire.
Por los perdidos surcos circulan los instantes
como aguas que se mueven sin saber
donde se encuentra el mar de su descanso.
¿Qué sabe el mar del agua que no entra en su círculo?
Nunca supe decir a los álamos secos,
cantores y guardianes del camino,
lo mucho que les debo aunque murieran.


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