29 de abril de 2016

LA SIERRA

Escondido está el buitre en la quebrada
Su hora espera al paso de la muerte
mientras lobea el lobo en los olivos
y el jabalí recorre las riberas
del arroyo. Se escurre la liebre entre las jaras.

El día mansamente visita mis rodillas
para hacerme sentir las trochas de la sierra
que transito contigo, madre, por alamedas,
umbrías y solanas. Los ojos se humedecen
recordando el pasado y el canto de los cucos.


26 de abril de 2016

MIRABA EL DISCURRIR DE LA MAÑANA

Te escribo, Amor, para comentarte,
nuevamente, la maravilla
de los almendros sobre tu piel en flor.


Miraba el discurrir de la mañana.
Tropezaron mis ojos con almendros
nuevos en flor.
Su blanco virginal cálido despuntaba
sobre las pardas ramas.

Verde radiante
el magnolio se erguía protegiendo
su primera inocencia.
Jugaban los gorriones
picando las semillas de la acacia.
                                                                                 
Voló mi pensamiento
por el monte hacia ti.
Deseé emborracharme del vino que tú sabes
y sentir entre álamos del río
el roce de la aurora.

Se detuvo el Destino
y el Tiempo,
mientras la curvatura azul del cielo
sembraba el universo
de una lluvia de pétalos de rosas.

Consérvate bien.

22 de abril de 2016

LA MAGA SANGUIJUELA

                 Cervantes, cuando el imperio comenzaba a ahogarse,
                dio al mundo un nueva vida para la literatura... 
                    La gran crisis nos comprime en horas grises y políticos 
                    mediocres.
                                                                       Manuel Juliá
        

He encontrado la clave del progreso.
Me la enseñó la maga sanguijuela:
“Saja, chupa, desangra –esta es mi escuela-
luego consume y cambia. ¡Aprende eso!”.

Sorprendido, le dije con cautela:
“Me priva la belleza, lo confieso;
por el Amor y el Ser yo me intereso.
No hay vestido, maestra, si no hay tela”.

“¿Qué será del futuro si se acaba
la sangre?... ¡Poco importa! –dijo-. Basta
un palmo de fango. ¡Pantano o cielo!”.

Creció hasta mí la náusea. Vomitaba.
Una única-e-insoportable-pasta
se extendía hedionda por el suelo.


18 de abril de 2016

LA PUERTA DE CRISTAL

La puerta de cristal  se abrió expedita
ante el hombre cargado con sus bolsas.
Un paso más y estaba solo, afuera.
Se dijo entusiasmado: Compro, luego
existo.

Agachó la cabeza
y dio gracias a Dios, pues finalmente
había hallado el sentido
irrenunciable,
la única clave viable de la existencia humana.