¿Estás bien?
Yo estoy bien.
Te escribo para explicarte
cuál es el sentido de mis días...
Es
lunes.
Todos
los lunes sueño, Amor, contigo.
Me invade un calor dulce
en este frío denso
del rudo invierno.
¿Los
martes?
¡Tiemblo!
Los niños corren, chapotean.
¿Sabes? La soledad
la hacen los años.
Yo voy herido.
Los
miércoles.
Recuerdo
el encendido
azul
de tus palabras,
o tus labios maduros
como fruta del tiempo.
Los
jueves
me huelen a albahaca, hierbabuena,
azafrán y canela,
anís y sésamo.
Aroma de azahar y de tomillo.
¡Los
viernes!
Se
estremece mi carne
preparada
a las hierbas provenzales,
perfumes de tu cuerpo
con la sal de la espera.
Los
sábados
de
nieve y leche.
La soñada blancura de tus senos
mezclada con el semen
huidizo del deseo.
¿Domingo?
La
nueva soledad.
El gris. La lluvia. El tiempo
muerto y el vino amargo,
el galopar insípido que alienta la rutina.
Es
lunes.
Todos
los lunes sueño, Amor, contigo.
Consérvate
bien.