8 de noviembre de 2015

TUS PÁRPADOS SE QUEMAN

Tus párpados se queman
hundidos en las gafas oscuras y novísimas
con las que ves el mundo.

La danza fugitiva de la noche
va dejando su espuma,
cabriola de destellos en tu espalda.

Por los cauces sedientos de una copa
la mirada y el sexo
el hambre se consume al paso de la sangre.

La madrugada deja una puerta cerrada
en tu boca y tu cuerpo,
la insufrible miseria de las horas.

Yo a veces me pregunto
de qué pueden servirte a ti mis versos,
qué me ofrecen a mí tus gafas nuevas.

No te importen la lluvia ni la nieve,
las gafas necesitan también como los versos
de un limpiaparabrisas.


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