11 de octubre de 2015

NO DESCANSA EL OTOÑO EN LAS ACERAS

No descansa el otoño en las aceras
aunque mande sus hojas como nubes
de ceniza. Un niño las recoge
para llevar el tiempo en su mochila.
Las hojas nunca son pájaros muertos.

El antes y el después marca las horas,
las ubres de un vivir que va quedando
más allá de la lluvia, de los árboles
y el vacío en las ramas de la carne.
Con hojas de hoy relleno mi mochila.


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