Vuelve,
que yo te note toda entera
en
agua convertida, toda húmeda
como
un mar, cobijando mi universo
desnudo
y fatigado por mareas.
Deseo
sentir prendida de mi piel
la
luz del faro en tu ola recogida,
respirando
en la playa con su larga
lengua
largas caricias de la arena.
La
pleamar sembró melancolía
en
viejos recovecos y en las algas
y en
la líquida luna de mis ojos.
Distorsión
de la luz. La mar lo es todo.
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