27 de septiembre de 2015

ACUARELAS DE SOL

He removido
con el atizador de mis baladas
cenizas de la noche.
Son nieblas roturadas
del aire.

El pájaro violeta,
caído de sus sueños,
se deslizó como agua,
por la roca y la penumbra.

Agrupó la inquietud
de cal en la palabra,
que huye conmigo del asfalto,
con la génesis fatua
del ascua y la quimera.

La aguja del deseo
y las hebras del tiempo
tejieron para mí
una red de azahar y de tomillos.

Y el fondo de tus ojos, sin mirarte,
me regaló semillas
de peces vivos,
una poda invernal,
un desnudo temblor

del monte, una balada de acuarelas de sol.

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