18 de agosto de 2015

NO ME TOQUES TRISTEZA

No me toques tristeza
con tus brazos quemados y tus ojos baldíos.

No vuelas por el monte como un pájaro
ni evacúas mi lágrima al barranco.

Si lo deseas baja a la ciudad,
barre su sucias calles descuidadas,
arroja a la basura sus mentiras
los huevos que consignan las serpientes,
haz muy largos los días
de los mendigos ricos
e hílales pañuelos para trazar los límites
de sus oscuras sábanas.

No me toques tristeza con tus brazos quemados
y tus ojos baldíos.

Deseo que tatúes en mi espalda

el exilio y el goce de un búfalo azul.

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