Para Belén
El objeto de la naturaleza más cercano,
aquel cuya belleza resulta más fácil
de captar, es el mismo cuerpo humano.
Ibn Jaldún
Miro tus manos
desde aquella
ventana
erigida un enero
hace ya muchos
años, contemplando
cómo florece la
carne,
cómo se asienta la
vida
—igual que duerme
la lluvia—
en otras manos.
Convocarás la luna
en tu rostro de
abril
fundida con el sol,
acariciando.
Deseos de universo
de comenzar de nuevo.
Aroma de limones,
la tierra huele a
tierra,
húmedo roce: rosas y naranjos.
Abril será azahar
sobre tu entraña
abierta.
Llorando está la
luz
entre tus brazos.
Apilaste la leña
que el tiempo te
pidió en el verano
y el fuego roturó
la pared del invierno.
La fantasía muele
el trigo adelantado
con el tacto de un
cuento
sobre la piel de un
hijo.
Sus aguas romperá
abril cuando el
momento luz lo exija.
Enero vivirá
también allí
para seguir
soñando.
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