Tumbado
en el sofá repasas los capítulos
de
tu ya vieja historia.
Un
lugar del recuerdo, un lugar del olvido
donde
yace la vida.
No
hay viento. Manejables las hojas como lágrimas.
Las
granadas reposan simplemente en sus ramas
mientras
los limoneros dejan caer sus frutos
sobre
la tierra seca. Las olivas verdean.
No
esperas nada nuevo. Solamente el pasado
precipita
en la sangre el zumo de aquel yo
que
hoy ya hecho se asume y se consume
más
allá de tus párpados cerrados.
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