18 de marzo de 2015

LOS OJOS DE UN INSTANTE

Me siento en la terraza, a un lado el mar
la vega de aguacates llena el otro,
y un rojizo silencio que elabora
con el aire y los montes el crepúsculo.
Tierra y agua es la música del caos
que crea una vez más el universo.

No hay ruido o griterío en el pardo equipaje
de los pájaros, solamente nubes
silenciosas y mudas, los ojos de un instante
como besos convocados al café de la tarde.
Yo miro estos silencios en cascada
y me meto en mi piel como una caracola.

Lo mismo que Anaxágoras pregunto:
¿Podría nacer cabello de lo que no es cabello?
¿podría nacer carne de lo que no es carne?

¿Podrá nacer poesía de lo que no es silencio?


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