31 de marzo de 2015

EL CANTO DE CUCO

Porque tal vez lo humano
sea mezcla de maldad,
de tiempo y de ternura.

Porque quizá la noche
y el día se diviertan
consumiendo la vida.

Porque posiblemente
todos los sueños mueran
vertidos sobre un monte.

Porque la edad no importa
si llega la locura
y te arrastra en su vuelo.

Porque acaso el amor
nos hiera simplemente
como ilusión del bosque.

Porque si me tocó
tu palabra es posible
que el silencio nos cubra.

Por todo ello, sí,
me voy quedando solo
como el canto del cuco.


28 de marzo de 2015

LOS PASOS DE MARZO

El viento me puede
en los días grises
de sueños perdidos.

Recorre las horas
húmedas la luz
triste en el tejado.

Respira desnuda
y oculta su cuerpo
allá en la penumbra.

Los pasos de marzo
en mi piel labraron
angustia y olvido.


25 de marzo de 2015

AL BORDE DE LA AURORA

Yo me quedé al borde de la aurora.
Un olor de violetas me envolvía
y el temblor de la mar.
Era la voz antigua de la tierra.

Me iniciaba a través del abandono
en palabras y símbolos sin dueño
dosificando el tiempo que la piedra
amansa y en el mármol gris respira.

El silencio me abría sus adentros
donde el instante es germen, fuego, luz,
el mundo de la sangre donde la claridad
sobresale en la noche y en el caos.

La indestructible noche de la vida.
No podía intuir el punto desigual,
la cambiante oquedad.

Bajo llave la orilla imaginaria.

21 de marzo de 2015

PARAJE CON LOBOS

Cada día soporta su ciática
de minutos perdidos en dudas y temores,
su dolor de vereda vertebrada
en parajes con lobos,
su monótona cuesta de rutinas
con la lluvia hasta el cuello
y tercos socavones,
su cintura cargada de alacranes nocturnos.

Tapada la cabeza con la sábana
y con mis cuentas hechas
igual que un hipopótamo en el río
me sumerjo en un sueño confortable y feliz
de primavera próxima.


18 de marzo de 2015

LOS OJOS DE UN INSTANTE

Me siento en la terraza, a un lado el mar
la vega de aguacates llena el otro,
y un rojizo silencio que elabora
con el aire y los montes el crepúsculo.
Tierra y agua es la música del caos
que crea una vez más el universo.

No hay ruido o griterío en el pardo equipaje
de los pájaros, solamente nubes
silenciosas y mudas, los ojos de un instante
como besos convocados al café de la tarde.
Yo miro estos silencios en cascada
y me meto en mi piel como una caracola.

Lo mismo que Anaxágoras pregunto:
¿Podría nacer cabello de lo que no es cabello?
¿podría nacer carne de lo que no es carne?

¿Podrá nacer poesía de lo que no es silencio?