Me
deleito en escribir un poema de amor
en
este instante amigo.
Te
acercaste a mi vida
con
aquella mirada de mujer
vestida
de mendigo.
Se
durmió en la locura aquella tarde
por
veredas de luna
que
pintaban tu cuerpo
de
golondrinas rosas, de hojas verdes
que
enmudecen la angustia.
Mis
pupilas llenaste de sigilos
donde
se acuestan, cantan los poemas
y en
los vacíos de la sangre fluye
la
lengua. Lo que escapa a la rutina
etiqueta
el delirio,
levanta
los suburbios de uno mismo
y
olvida el tic-tac de las agujas.
Alzamos
nuestra casa
sobre
la luz de tu mirada muda.
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