Disimuló tu
vientre
cuando
puse mis manos sobre él
para
oír el murmullo de la vida.
No
me hiciste preguntas
y
dejaste correr las aguas de la noche.
Si
la tierra se siente es posible explicar
la
hondura de lo vivo,
el
secreto que guardas y nutre nuestros labios.
Tú
eres así
y te
gusta ocultarte tras enigmas.
Dijeron
acertijos a los hombres
para
atemorizar su tiempo breve
perdido
en naderías,
que
sólo tú podrás
devolver
impregnado de aromas de terraza
y
granadas maduras, de presencias
que
resbalan en soplos de la tarde.
Amor,
no te conocen,
no
perciben que vives en un aire de fugas
que
se marcha y no vuelve.
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