Bajo
llave tus ojos
aún
guardan las visiones
que
un día aprehendiste.
Todavía
su luz
subsiste
camuflada.
Tus
párpados esconden
en
un cajón secreto,
bajo
arrugas, el paso
lúcido
de las horas.
No
dejes que se encojan
los
sueños y se llene
de
herrumbre el corazón.
Pordiosero
del tiempo,
nómada
del sentido
déjate
tutelar
por
la luz que conserva
la
pupila librando
así
tu ansia oscura.
Y si
llega la muerte,
que
sea bienvenida
la
opacidad sin fechas.
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