A Eduardo (en el recuerdo)
La explanada
era un beso, con la ternura intacta
de
una noche que une con sus puertas abiertas
el
armazón del tiempo. Allí estaban los hijos
de
tus hijos.
La luz de la Alhambra ciñendo
sus
carnes y las aguas del Darro. Valparaíso
con
su cauce sonoro y sus ríos secretos.
Olor
de aulaga y mirto fraguaba las laderas
del
corazón abierto. Nostalgias de Chumbera
regaban
en tu ausencia veredas del silencio.
Ha pasado un tiempo... Pero encontrar ahora este poema supone un regalo único y maravilloso. Gracias G&M
ResponderEliminarMe alegra, Guillermo, que este poema te parezca "único y maravilloso". Tu padre , tu madre y todos vosotros formáis parte de mi vida, una parte muy linda. Os quise y os quiero, aunque no veamos poco. Un abrazo muy fuerte. Blas
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