31 de octubre de 2014

LA CHUMBERA

                                           A Eduardo (en el recuerdo)


La explanada era un beso, con la ternura intacta
de una noche que une con sus puertas abiertas
el armazón del tiempo. Allí estaban los hijos
de tus hijos.
La luz de la Alhambra ciñendo
sus carnes y las aguas del Darro. Valparaíso
con su cauce sonoro y sus ríos secretos.

Olor de aulaga y mirto fraguaba las laderas 
del corazón abierto. Nostalgias de Chumbera
regaban en tu ausencia veredas del silencio.


28 de octubre de 2014

ESTOY SOLO

Buenos días, Amor.
He tardado en contestar tu carta.
Te escribo ahora
para hacerte saber de mí,
de cómo te deseo,
y la ausencia que me embarga...

Estoy solo,
asomado al ajimez de esta larga madrugada.
Mi piel seca, como arena del desierto
lejos de ti, espera el grito que me llama.
Te busco en esta noche triste, ausente,
mientras las lágrimas escriben
en mi rostro un libro,
que yo quisiera de amor interminable.
Quisiera acercarme a ti, que duermes,
y dejar, a escondidas, sobre tu ser desnudo
mi semilla de albada y de ternura;
que te despiertes como el campo
cubierta entera por la escarcha.
Recorrería con besos las lindes de tu cuerpo
y uniría de nuevo el cielo con la tierra,
la noche con el día; la uva y el mosto;
el espíritu, la carne, el fruto y la semilla;
restituiría por ser contigo
la unidad original del mundo,
que algún dios, alarife pecador, quebrara.
Duermes, sin que pueda tomar
en mi mano vacía
de la acequia desbordante de tu vientre
un dedal siquiera,
una leve medida de tu agua.


Consérvate bien.

26 de octubre de 2014

NUNCA TE FALTARÁ LA PRIMAVERA

                                                                           
                                      El deseo y los sueños parecen derrumbarse
                                      en esa crisis... de los treinta años.
                                      Surge entonces, de esa tragedia
                                      de la propia identidad,
                                      la posibilidad de emergencia de la pasión.
                                                                                    Eugenio Trías
                                                                                    

Recogida en los brazos del poniente
duerme la tarde
asentando aquel polvo
que tu voz levantara en el teléfono.

Se acercó golpeándome la cara
como espuma de mar.
En un rincón sombrío y olvidado
sepultadas quedaron
tus horas despojadas de sí mismas.

El poder te ha herido tantas veces
que cedieron tus huesos.
Resolvimos fingir
para no ver el crujido del humo.

Me parece imposible este paisaje
desolado donde todas las calles
han quedado inundadas por el barro
y desnudo aparece el horizonte.

Obligado al silencio, aún ciego por la niebla
desdentada, te queda solamente acudir
a mi memoria para recordar
que nunca a tu llamada faltó la primavera.


19 de octubre de 2014

DE ORILLA EN ORILLA

De orilla en orilla nuestros cuerpos
amasaron el fluir de las palabras
y los gestos, montando nuestra historia.

Cuando todo termine ya sabrás
lo mucho que te amé. No hubo parálisis.
Otras sintaxis sí, con otros textos.

Simplemente no habrá lugar ni tiempo
para gestos. Huirá nuestra palabra
fundida en la utopía de lo humano.


14 de octubre de 2014

SE ME ENREDA LA LUZ EN LA FLORESTA

Se me enreda la luz en la floresta
que sólo deja paso a formas pálidas
en la mañana tersa.

En los invernaderos malhechores
el instinto de plástico y reptil
aún duerme en la colina.

Mínima intensidad en las emociones
que corren de la mar al valle umbrío
manchado de aguacates.

No solicito más para vivir.
Me sobra realidad en el pensamiento
donde las cosas yacen.