Conversas sin descanso
con ese ser humano
que siempre va contigo.
Son larvas del silencio.
Tal vez suceda siempre
o sólo en la pobreza
que vaya la palabra
consigo misma sola.
Contaba un transeúnte
al móvil apagado
la historia de su vida
y hablaba con la muerte.
Tú hablas como un juego.
Dentro de ti está todo
y tus blasfemias gritas.
La muerte no te escucha.
Dicen que las palabras
valen. Te das limosna.
Las lanzas para ver
si un eco las devuelve.
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