21 de marzo de 2014

UNA NIÑA QUE BAILA

“Hola abuelo, soy Laura,
te envío..., yuju”.

La luna quedó quieta en los pasos
de su danza colgada de unos puntos
suspensivos. Amor,
con qué pequeño esfuerzo se detiene
la tristeza, el cauce de las sombras
enciende tus colores y los pájaros
regresan a sus nidos cargados de añoranza.

Hay voces que definen
la música del cuerpo, baladas de los árboles
que lo dejan yacer en la arena cambiante.

Es la fragilidad tierna del yuju
de una niña que baila.


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