No soy un personaje de novela,
pero salgo a la calle
porque la calle es luz del deprimido
y da un golpe mortal en la cabeza
a la monotonía que mantiene
la paz de los sillones,
que enrarece los aires
y alimenta la vida del
armario
con la sutil penumbra del vacío.
Dicen que los balcones predicen la esperanza.
Vendrán luego geranios
a derramar colores en la calle.
Si la euforia me llega
nadie será juzgado
por darle un objetivo a las aceras.
Como siempre, magnífico poeta, Blasius.
ResponderEliminarUn abrazo de tu amiga Lazarus