6 de agosto de 2013

SUEÑOS


No supe qué explicarte
ni supe qué pensar.
A veces la emoción no se traduce
en palabra o discurso articulado.

Yo te amo, aunque me calle
y dimita de hacer aquello que deseo.

No agites demasiado
esta encina gastada por los años
y el viento sin testigo en la dehesa.
El tiempo ya me cruje entre los dedos.
Las manos son lugar de desabrigo
cuando el cuerpo o la voz se quedan sin recursos
igual que un hospital desmantelado.

Por las habitaciones
a veces los silencios almacenan
historias como fardos
de películas vividas y necios reportajes,
el grave desconcierto de los años,
el quebranto de chispa en las pupilas,
la omisión del aplauso y la alegría
en los pies afectados de parálisis.

No callo lo que pienso,
simplemente no sé lo que decir.
Alguna vez vivieron en mí todos los sueños.

2 comentarios:

  1. Verdaderamente inquietante tu poema.
    Un abrazo, Blasius.

    Lazarus

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  2. Es un placer, Lazarus, encontrarme con un nuevo comentario tuyo. ¿Inquietante? No sé si será pasarme, Me voy a permitir, para ti, la cita de un clásico: "Amor, inquietum est cor meum donec requiescat in te": Amor,inquieto está mi corazón / hasta que en ti descanse". La inquietud está siempre presente en el corazón que ama. Gracias y un abrazo. Blasius.

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