Pero a través del fuego y la herradura
como de un manantial iluminado
por la sangre sombría,
con el metal hundido en el tormento
se derramó una luz sobre la tierra;
número, nombre, línea y estructura.
Pablo Neruda
“La
luz vino a pesar de los puñales”.
¿Qué
luz llegó del fuego y la herradura,
si
siguen destruyendo la espesura
piojos,
perros, demonios y chacales?
Lloro,
Pablo, tus noches minerales.
¿Qué
luz sustituyó a tu luz pura?
¿La
sangre derramada? ¿La locura?
¿La
muerte de los ríos torrenciales?
¿Petróleo?
¿Droga? ¿Oro?... Los hurones
juntos
siguen. ¿Qué luz, Pablo, te alivia?
¡Extienden
con hedor su sombra mala!
¿Dónde
tus hijos, Madre? ¡Los ladrones…!
Madre,
¿Honduras? ¿Perú? ¿Chile? ¿Bolivia?
¿Irak?
¿Siria? ¿Egipto? ¿Guatemala?...