No sé
si son las cosas como nos aparecen,
si
recorren sin mí, tal vez conmigo
parajes
del amor y la tristeza,
se
transmutan igual que yo, mercurio
que
vaga por el cauce del cronómetro
hasta
desembocar en lo lleno y vacío.
No sé
si
ellas serán siquiera cuando yo ya no exista.
Sólo sé
que me encuentro escrito en ellas
con la
aritmética
del
tiempo movedizo,
con la
geometría
que
limita la humana condición.
Su
ausencia haría imposible que fuera
comprendido.
En
ellas yo me miro, me descubro
y me
pregunto
con la
emoción que es propia de los enamorados
si seré
yo siquiera cuando no existan ellas.
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