30 de julio de 2013

CUENTO MIS AÑOS QUE SE VAN HAMBRIENTOS


Una infancia se esconde tras mi vida.
Una madre, tres hermanos, trigales,
sierra, olivos y amapolas. Costales
en la espalda del padre dolorida.

Un carro, de candil luz encendida,
cuatro mulas, susurro de juncales.
En mi hoy, del ayer arden retales
y un indeleble aullar de loba herida.

Gira la noria y llena mis sedientos
surcos. Trigo apretado en la gavilla.
Bandada de caminos polvorientos.

Azadas, duros dientes de la trilla
cuentan mis años que se van hambrientos.
Doloroso final de la semilla.

29 de julio de 2013

Y SI PREGUNTAN...


Y van pasando las horas.

Si preguntaran por mí
diles la verdad precisa:

“la oscuridad de la noche
no depende de mis labios”.

Y si preguntan por ti
diles la otra verdad:

“no sé interpretar las vísceras
de los cuerpos separados”.

27 de julio de 2013

HAY UN LUGAR DONDE TÚ ERES



                                   Para Ana Julia


Aunque la afirmación queme mis labios
piadosamente ciega,
diré que hay un lugar, Amor,
en el fondo de todo cuanto vive
donde tú eres,
que habitas transparente
en la débil pureza de los límites
exentos de alambradas
donde pueden oírse las palabras
de cada ser distinto,
que el don de ser sí mismo no es extraño
en tu latido.

Amor, no te frecuentan los poemas
[que mueren en su noche.
Desconocen que estás en este estío
que atraviesa entre tilos la ciudad.

23 de julio de 2013

NO SÉ SI SON LAS COSAS COMO NOS APARECEN



No sé si son las cosas como nos aparecen,
si recorren sin mí, tal vez conmigo
parajes del amor y la tristeza,
se transmutan igual que yo, mercurio
que vaga por el cauce del cronómetro
hasta desembocar en lo lleno y vacío.

No sé
si ellas serán siquiera cuando yo ya no exista.

Sólo sé que me encuentro escrito en ellas
con la aritmética
del tiempo movedizo,
con la geometría
que limita la humana condición.
Su ausencia  haría imposible que fuera comprendido.

En ellas yo me miro, me descubro
y me pregunto
con la emoción que es propia de los enamorados

si seré yo siquiera cuando no existan ellas.

19 de julio de 2013

MI CUERPO DESTEMPLADO




Entre el azul del mar
y el verde dilatado de la vega
pausadamente crece
la oquedad de la tarde.

Nadie escucha el silencio
porque éste está en el aire
como un escalofrío de la yuca
donde anida el gorrión y la paloma.

Es verdad que sentado en la terraza
siento que amarillean las granadas,
que me envuelve en congoja
el otoño que viene.

Mi cuerpo destemplado
huele a desbrozo y tierra removida.