¿Y dónde
están guardadas tus palabras
de amor?
No necesitas
ser un diccionario
de uso del
español María Moliner,
tampoco un
diccionario panhispánico
de dudas.
Ni siquiera
un poema saturado de luz,
o una
agregación de páginas
coreadas de
jazz o música sinfónica.
Deja a tu
corazón
mendigarle
su voz a las rapaces,
que su google amoris encuentre el sitio exacto.
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