Gira
la noria
del
tiempo.
Carga
en sus cangilones
fluyentes
horas.
Detenerla
quisiera
en
este humano crepúsculo
de
tanque y copa,
de
cálida
y dulce
música,
de
sal y espuma,
de
arena y vientre,
de
luz y sombras,
de
brisa, caña,
de
luna y sangre,
de
deseos subidos
cuando
las horas pasan.
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