13 de enero de 2013

HISTORIAS DESDE UNA FOTOGRAFÍA




                                     Para Blas y Narcisa (in memoriam)


En la fotografía quedaron vuestras manos

Las luces de la feria que convierten las casas
en papel y ceniza
el cielo iluminaban.

Llevaba ella en su bolso su pasado de leche
las tardes de septiembre y el cuarzo de la sierra.
Sembraba él la calle de tratos y majadas,
de monte bien talado y de copas de fino.
Una camisa blanca, un traje negro
marcaban su figura igual que un tren nocturno
hecho de pan y campos de cebada. 
Los pasos del caballo
movían las agujas del reloj
por cuadra de adoquines, zócalos de granito
y labios de cigüeñas.

Volaban las perdices al son de la escopeta
y las ruedas del carro
llenando con rumores las ondas del tejado
cercano todavía el ruido de la guerra.
Los embargos pasaban vestidos de levita,
el amigo suicida y el cortijo sin dueño.

No perdona la muerte al que trabaja
ni el olivo el descuido.

Desnuda la aceituna
señalaba el principio de mi historia
y el paso de la vuestra hasta quedarse inmóvil
sobre el oscuro manto
de papel fotográfico.
                       

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