13 de diciembre de 2012

SE ABRIRÁN LAS VEREDAS CUANDO LLEGUES


El frío se confunde con mis dedos.
La escarcha recostada sobre hierba
se anuda a mis tobillos
y el polvo, Amor,
temprano contamina la mañana
que vuelve a ver el sol entre la niebla.
Cristalizan en paz de ciprés solitario
mis ingles, que se encogen igual que hojas
secas, amontonadas en las sombras de otoño.

Se abrirán las veredas cuando llegues
y anidará tu luz en los tejados
mientras siembran gaviotas
de azul
mis labios y tu boca. 

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