13 de octubre de 2012

BALADA PARA UNA MADRUGADA


Llegó la madrugada
con los ojos cerrados,
casi sonámbula.

Pasé toda la noche
dibujando tus labios.

Me hicieron señas
los dedos de la noche
pidiendo sueño.

Con bordes de la nieve
recién caída
se acomoda la sierra
para el invierno.

Aparcaron el coche
sobre la acera,
se bajaron dos besos.

La lluvia no es xenófoba.
Humedecía
tu cabello y el mío
por si las moscas.

El periódico leo
todos los días.
No eres noticia.

Me desperté. Tus ojos
conmigo estaban.

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