6 de septiembre de 2012

DORMIDO EL CORAZÓN

Dormido el corazón algunas veces,
siente uno el vacío de la vida;
parece no haber nada, sólo herida,
un hueco enorme que en tu dentro meces.

Llena queda la noche de estrecheces.
Del ser, calles de olvidos sin salida.
¡Un campo de silencios! ¿La medida
es una grieta? Lloras. Te estremeces.

Sueñas una imagen inversa, un vuelo;
de lunas difusos malvas, sonrisa
que libre de serpientes. ¡Desconsuelo!

¿Una caricia? ¡Una señal! No hay prisa.
Amanece. Respiras. Vuelve el cielo.
El juego azul del agua y de la brisa.

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