12 de mayo de 2012

EVITÁNDOTE SIMPRE LAS PALABRAS MÁS TRISTES


Hablas contigo misma
delante del espejo
y te cuentas los gajes de tu ser.

A estas alturas sientes
que nada fue como pensaste.
Te sorprendió la vida.

Tuviste amor y música,
momentos de congojas
y de asuntos pendientes.

Se agotaron los tiempos,
los horarios y ruidos.
Llegaron los silencios de la carne.

Alguna vez fuiste feliz,
otras dejaron en tu boca
sinsabores amargos.

La vida nos sorprende
con sus muchos silencios,
con enredos que hieren.

Cuéntale a los espejos
que anduve las laderas de tu cuerpo
evitándote siempre las palabras más tristes.

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