18 de abril de 2012

MI PAISAJE


El pasillo recorro, arriba abajo,
la mano en los bolsillos. Ladra Nuba.
El cántaro está roto en su rincón
sobre el pedestal de hierro.

Tus cuadros hoy refrescan mi memoria:
cuando pintaste aquella extraña escoba
que barría las sombras
y dibujaste espigas y sombreros
de paja recorriendo nuestros campos,
cuando la luz llenaba de colores extraños
el mar y sus orillas,
y el botellón azul se recubría
de sol en nubes rojas.
Besaba yo tu carne,
tomabas tú mis manos para soñar sin prisa.

Las cosas no han cambiado,
aunque ya no hay bullicio ni temores
y mi piel se desgaja como el tronco
de un árbol en la falda del barranco
que marcan tus caderas.

No hay nada en mi paisaje. Sólo tú. 

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